domingo, 9 de enero de 2011

Entrevista a Carlos Romero en La Razón

Candidato a la presidencia de la ACdP

Carlos Romero: «El católico no lo es para sí mismo sino para los demás»

Este año el Congreso Católicos y Vida Pública coincide con elecciones en la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), fundada por Ángel Ayala y Ángel Herrera Oria hace más de cien años.

18 Noviembre 10 - Madrid - Pablo J. Ginés

El candidato «de la oposición» es el director de las Jornadas de Católicos y Vida Pública que se  han celebrado en casi 40 diócesis, Carlos Romero, que se declara «cien por cien fiel al Magisterio de la Iglesia y sus obispos». Capitán de navío, militar de carrera, hijo de almirante, explica que «a los marinos les gusta cantar la Salve, como hicieron con el Papa en Santiago, y toda España se emocionó. Eso no está reñido con la libertad religiosa. Si a alguien no le gusta, que no acuda».

- Usted viene de familia numerosa. ¿Eso es útil para presidir una asociación?
- Nací en 1954, el noveno de diez hermanos, así que lo heredaba todo de ellos. Aprendí, obviamente, austeridad, que es algo bueno.

- ¿Cómo conoció la ACdP?
- Fue en Cádiz, en los 90. Me atrajo el carisma de la vida pública de la ACdP, que enseña que el católico no lo es para sí mismo, sino para los demás, para transmitir la Buena Nueva y mejorar la sociedad.Luego conocí Cursillos de Cristiandad en 2002. Reforzó mi espiritualidad, me hizo vivir la fe de otra forma. Benedicto XVI habla en «Deus caritas est» de que el cristianismo es «el encuentro con una Persona», y yo tuve ese encuentro en Cursillos. Pero Cursillos no es un movimiento absorbente, sino que te anima a seguir en tu parroquia, tu movimiento. Un fin del Congreso Católicos y Vida Pública, por ejemplo, es reunir a todos los movimientos y poner en común nuestras inquietudes. En el programa hay gente de muchas realidades. Eso me gusta. La ACdP busca unir a los católicos, cada uno con su sensibilidad. Por eso no puede inclinarse por un grupo más que por otro.

- ¿Se puede ser propagandista y de otra realidad eclesial al mismo tiempo?
- La ACdP fue fundada por un jesuita, Ángel Ayala, proviene de una espiritualidad ignaciana. Realizamos ejercicios ignacianos cada año. Es posible la doble militancia, siempre que no quieras impregnar la ACdP del carisma de tu otro movimiento. Yo llevo a Cursillos en el corazón, pero lo dejo aparcado en el ámbito de la ACdP. Hasta ahora no ha habido ningún conflicto relacionado con una doble militancia, pero puede ser un tema a tratar en la próxima asamblea.

- ¿Hace la ACdP política?
- La ACdP puede opinar, pero no tomar partido por una formación política. Ojalá hubiera más propagandistas en la política, pero la asociación como tal no debe significarse. Si el presidente va a ciertos foros, algunos pueden interpretar que apoya a ciertas formaciones, y eso es lo que mi candidatura quiere evitar.

- ¿Qué más piensa que se debe cambiar en la ACdP?
- Tradicionalmente el presidente de la ACdP, que también es automáticamente presidente de la Fundación San Pablo CEU, era una persona distinta del director general, quien se encargaba del día a día. Pero desde hace dos años el presidente también es director general. Así, los patronos de la Fundación tienen complicado fiscalizar al director general. Y el presidente dedica casi todo su tiempo y esfuerzo al día a día del CEU, a los centros educativos, desatendiendo la ACdP. De ahí surge mi candidatura. La ACdP es más grande que el CEU, más grande que sus obras, que a lo largo de los años han ido pasando.

- ¿A quién animaría a ingresar en la ACdP?
- A cualquier profesional católico con vida familiar y carrera profesional ya encarrilada, economía estable e inquietud por transmitir la Buena Noticia en la vida pública.

- ¿Qué piensa de las grandes manifestaciones de católicos en defensa de la vida o la educación?
- Todo lo que sea manifestar públicamente la fe me parece muy bien. El Evangelio pide «id al mundo entero», no quedarnos en casa. Las Jornadas de Católicos y Vida Pública son un ejemplo. Nacieron del Congreso en 2006. Hemos celebrado más de 70 jornadas en casi 40 ciudades. En ellas participa siempre algún ponente de prestigio y representantes del catolicismo local. Así impulsamos a los católicos a salir y actuar.

Llamada a la unidad y a la concordia

Se trata, en suma, de volver al origen de nuestra Asociación, de volver a situar a la ACdP en el verdadero centro de nuestros desvelos y de nuestro trabajo. En redescubrir y vivificar el carisma y la vocación de los propagandistas y la tarea de nuestra Asociación. En recordar que estas elecciones son para elegir al Presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, sin que éste conlleve función ejecutiva alguna. El centro de la actividad del Presidente, el objetivo de su labor constante y prudente, debe ser la Asociación y los propagandistas. tal fue siempre la teoría y la práctica de nuestros fundadores, quienes tenían muy clara la supremacía de la Asociación sobre sus Obras por ser la madre de todas ellas. Debemos volcarnos como nunca en la vida asociativa y en la misión original de la ACdP, pues sólo de la fuerza interior puede salir la energía necesaria para la actuación exterior.

Por último, quiero resaltar muy fervientemente que estas elecciones no deben afectar a la unidad y a la concordia de la Asociación Católica de Propagandistas. La libertad de presentarse a unas elecciones nunca puede ser causa de conflicto. Desde el día siguiente a las elecciones, y pase lo que pase, la tarea de todos será la de estar en nuestra Asociación y con la voluntad firme de trabajar lealmente con el Presidente, sea el que sea.

Te pido muy encarecidamente que obres en conciencia y que reces por mi y por nuestra Asociación para que sepamos interpretar lo que Dios quiere de nosotros.

Recibe un fuerte abrazo y que Dios te bendiga,

Carlos Romero Caramelo

El Proyecto V: Nuestra presencia en la vida pública

Debemos enmarcar nuestras actividades dentro de la Nueva Evangelización que ha de llevarse a cabo precisamente "en sociedades y culturas que desde hace siglos estaban impregnadas del Evangelio" y en las que se ha producido un notable alejamiento de la fe, como es el caso de España. Para ello, la Asociación debe hacerse presente en los foros e, incluso, tomar ella misma la iniciativa de crearlos, en los que se produzca el diálogo entre la conciencia cristiana y conciencia o mentalidad secularista para dar allí razones de nuestra fe. También hemos de procurar ofrecer a los propagandistas la formación necesaria para que puedan hacerse presentes individualmente en dichos foros.

Llevar a cabo cuantas iniciativas apostólicas sean necesarias dentro del marco de las orientaciones pastorales que emanen de la jerarquía eclesiástica. entre las actividades organizadas por la ACdP directamente o, a través de sus Obras, ocupa un lugar destacado el Congreso Católicos y Vida Pública que considero imprescindible mantener y hacer cada vez más fructífero, así como las Jornadas Católicos y Vida Pública que se extienden cada vez más a más lugares en toda España y los Congresos Profesionales.

El Proyecto IV: Actitud con relación a las Obras

Nunca asumiré un modelo de gestión de las Obras con una Presidencia Ejecutiva. Designaré para estas funciones, de acuerdo con el Patronato de la Fundación, a un Director General cuya actuación pueda ser debidamente fiscalizada por aquél. Dicho Director será el responsable ejecutivo de la gestión de las Obras y, éstas, dentro de su propia autonomía y profesionalidad, tendrán como máxima aspiración la excelencia educativa bajo la inspiración de principios católicos para, después, transmitir nuestra identidad y nuestro carisma de forma natural.

La ACdP ha de hacer frente a los nuevos retos del espacio público con energías renovadas y soluciones acordes. Las Obras educativas son muy importantes, y así deben seguir siendo, pero tenemos que abordar nuevos proyectos en otros ámbitos. Tal y como se dice en las resoluciones de la Asamblea General Extraordinaria (AGE) de 1994: "las actividades asociativas no deben ni pueden reducirse a las docentes, dado que su ámbito es mucho más amplio. Por todo ello, es necesario potenciar su presencia en los medios de comunicación, en la acción social, etc., de acuerdo con el carisma fundacional".

Procuraré que en los Centros en donde tenemos Obras se rodee de una mayor rigurosiddad el proceso de ingreso en la Asociación. Ser propagandista no puede ser una vía para obtener cargos en las Obras: "los miembros de la Asociación, como tales, no deben perseguir el poder por el poder, ni dentro ni fuera de la Asociación, ni el lucro personal, sino seguir ante todo el cumplimiento de su llamada o vocación." (AGE).

Me comprometo a que en las Asambleas generales, regionales y locales se ofrezca la debida información sobre la marcha de nuestras Obras y procuraré que en los Patronatos de las Obras estén presentes, al menos una vez al año, los Secretarios de Centros en donde estén ubicadas las Obras.

El Proyecto III: Fortalecimiento de la espiritualidad de nuestra vida asociativa

Me comprometo a hacer de la espiritualidad una vivencia genuina y fortalecerla con una práctica más auténtica y más plena en los actos de vida litúrgica.

Consideraré como elemento fundamental de la identidad de la ACdP nuestra espiritualidad propia, caracterizada por la condición de seglar de la ACdP y su fundacional orientación apostólica hacia la vida pública, en consonancia con la vocación de sus miembros. Igualmente me comprometo a preservar nuestra espiritualidad, sin perjuicio del enriquecemiento que lleva consigo la comunión y cooperación con otros movimientos eclesiales.

La linea doctrinal de la ACdP no puede ser otra que la "fidelidad al Magisterio de la Iglesia, fundamento y fuente de la formación de los propagandistas". La difusión del Magisterio de la Iglesia y su proyección iluminadora sobre las diversas realidades temporales ha de seguir siendo tarea fundamental, prioritaria y costante de la Asociación.

El Proyecto II: Recuperar la unidad de la ACdP

Pretendo reforzar el liderazgo de la Secretaría General a fin de recobrar la unidad y una mejor vinculación entre los Centros y constituir otros de nueva creación.

Propondré que las Asambleas generales se dediquen al debate y la reflexión sobre nuestra Asociación, ya que son momentos propicios para dialogar y decidir sobre lo que estamos haciendo bien y no tan bien. También me ocuparé de que en las citadas Asambleas se fijen temas anuales de ámbito nacional para ser materia de los Círculos de Estudio, como instrumento de formación y comunión entre los propagandistas.

El Proyecto I: Mayor entrega y dedicación a la Asociación

Dedicaré a la ACdP mi atención de forma priporitaria. Es mi compromiso potenciar la vida asociativa y complir y hacer cumplir los fines de nuestros fundadores. Visitar con frecuencia y revitalizar los Centros existentes, verdaderos pilares de la ACdP. Dialogar con todos los propagandistas y conocer y atender sus propuestas. Dotar de mayor fuidez y cercanía a las relaciones entre los órganos centrales y las Secretarías de Centro, cuya tradicional autonomía debe recuperarse.

Me comprometo a desarrollar las tareas propias de la Presidencia de la ACdP desde el despacho que a tal efecto tiene el Presidente en la calle Isaac Peral, y no  desde el despacho situado en las oficinas que la Fundación tiene a las afueras de Madrid y hacerlo con total dedicación y entrega, y sobre todo, con la necesaria austeridad, más importante aún si cabe, en estos tiempos de crisis.

Me comprometo a que los cargos de gobierno de la ACdP no se acumulen en las personas que trabajan para sus Obras, si bien, el ajuste necesario se irá haciendo progresivamente. Para ello, propondré al Consejo Nacional que elabore un sistema de incompatibilidades para presentarlo posteriormente a la Asamblea General a fin de obtener su aprobación. Cualquier excepción a este sistema de incompatibilidades ha de estar debidamente motivada.